kakku, el bosque de estupas de Myanmar se halla a dos horas del Lago Inle.
Si visitas la zona y dispones de al menos de un día puedes dedicarlo a Kakku. Merece la pena acercase a conocer las estupas más bonitas del Lago Inle.
Tabla de contenidos
Cómo ir a Kakku
Creemos que la manera más rápida y cómoda de ir a Kakku es contratando una excursión privada.
En el pueblo de Nyaung Shwe hay varias agencias que ofrecen excursiones de un día a Kakku, también se puede organizar la visita contratando directamente con un taxista o reservando en los propios alojamientos.
Nosotros decidimos ir a Kakku en coche privado con conductor. Nyi Nyi, un hombre simpático a más no poder, correcto y educado nos recogió temprano en Nyaung Shwe.
A media tarde regresamos. Eran las 17:30 cuando entrábamos por la puerta de nuestro hotel.
Nosotros decidimos ir a Kakku en coche privado con conductor.
Nyi Nyi, un hombre simpático a más no poder, correcto y educado nos recogió temprano en Nyaung Shwe. A media tarde regresamos. Eran las 17:30 cuando entrábamos por la puerta de nuestro hotel.
El precio de la excursión a Kakku fue 45.000 Kiats (26 € – oct.19).
Si quieres hacer la excursión a Kakku con nuestro conductor envíanos un mensaje privado y te daremos sus datos.
Precio entrada a Kakku
El ticket de Kakku cuesta 3 $ (2,5 € oct- 2019).
Todo el dinero que se recauda con la venta de esta pequeña entrada se destina íntegramente a la conservación de las estupas y santuarios del recinto de Kakku.
Excursión a Kakku
Nuestra visita a Kakku, el bosque de estupas de Myanmar comenzó en Nyaung Shwe.
Dejamos tras de sí esta pequeña localidad y llegamos a Taunggyi, la capital de estado de Shan, situada a un hora en coche del Lago Inle.
En Taunggyi hicimos una parada y visitamos la Sulamani Pagoda. Una espectacular pagoda blanca y dorada ubicada en la parte más alta de las montañas que rodean el lago.
Estuvimos un buen rato en la pagoda. Recorrimos su interior y después regresamos al coche para seguir nuestro camino a Kakku.
Recorriendo Kakku
Cuenta la leyenda que allá por el siglo III a. C el emperador Ashoka, que reinaba en el subcontinente indio, difundió el budismo también por Birmania.
Como complemento a sus enseñanzas decidió construir un conjunto de más de 2000 estupas en el estado de Shan. Ese complejo recibió el nombre de Kakku.
En total, Kakku cuenta con unas 2478 estupas.
La mayor parte de ellas no son originales, sino meras reconstrucciones. Pero a pesar de ello, el visitante cae rápidamente en el embrujo del llamado bosque de estupas de Myanmar.
Todas las estupas de Kakku están dispuestas de manera alineada y ordenada, pero aún así es fácil perderse en el laberinto que forman.
En la parte más alta de cada una de ellas hay pequeñas campanillas que, al soplar el viento, regalan una suave y pegadiza melodía difícil de olvidar.
En la parte central del complejo hay una enorme estupa blanca.
El interior de la misma está repleto de imágenes de Buda y pequeños altares. Esta zona es un poco más moderna que la ocupada por el conjunto de estupas marrones pero también merece la pena visitarla.
Para terminar un consejo.
Si quieres disfrutar tu visita a Kakku déjate llevar y piérdete sin rumbo entre las estupas, sólo así sentirás la magia del lugar.
Y aquí termina la visita a Kakku, uno de los lugares más singulares de Myanmar.
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